La Generación del 14 destacó sobre todo por la expresión del pensamiento a través del ensayo. Uno de los más brillantes filósofos y ensayistas fue Ortega y Gasset. Como ejemplo de su obra en ensayo, sirva este fragmento que reproduzco:
"El tiempo cósmico solamente es el presente, porque el futuro todavía no es y el pasado ya no es. ¿Cómo, entonces, pasado y futuro siguen siendo parte del tiempo? Por esto es tan difícil el concepto del tiempo, que ha puesto en aprieto a los filósofos.
“Nuestra vida” está alojada, anclada en
el instante presente. Pero ¿qué es mi vida en este instante? No es decir
lo que estoy diciendo; lo que vivo en este instante no es mover los
labios; eso es mecánico, está fuera de mi vida, pertenece al ser
cósmico. Es, por el contrario, estar yo pensando lo que voy a decir; en
este instante me estoy anticipando, me proyecto en un futuro. Pero para
decirlo necesito emplear ciertos medios -palabras- y esto me lo
proporciona mi pasado. Mi futuro, pues, me hace descubrir mi pasado para
realizarse. El pasado es ahora real porque lo revivo, y cuando
encuentro en mi pasado los medios para realizar mi futuro es, cuando
descubro mi presente. Y todo esto acontece en un instante; en cada
instante la vida se dilata en las tres dimensiones del tiempo real
interior. El futuro me rebota hacia el pasado, este hacia el presente,
de aquí voy otra vez al futuro, que me arroja al pasado, y este a otro
presente, en un eterno girar.
Estamos anclados en el presente cósmico,
que es como el suelo que pisan nuestros pies, mientras el cuerpo y la
cabeza se tienden hacia el porvenir. Tenía razón el cardenal Cusano
cuando allá, en la madrugada del Renacimiento, decía: Ita nunc sive praesens complicat tempus. El ahora o presente incluye todo tiempo: el ya, el antes y el después.]
Vivimos en el presente, en el punto
actual, pero no existe primariamente para nosotros, sino que desde él,
como desde un suelo, vivimos así el inmediato futuro.
Reparen ustedes que de todos los puntos
de la tierra el único que no podemos percibir directamente es aquel que
en cada caso tenemos bajo nuestros pies.
Antes que veamos lo que nos rodea somos
ya un haz original de apetitos, de afanes y de ilusiones. Venimos al
mundo, desde luego, dotados de un sistema de preferencias y desdenes,
más o menos coincidentes con el prójimo, que cada cual lleva dentro de
sí armado y pronto a disparar en pro o en contra de cada cosa como una
batería de simpatías y repulsiones. El corazón, máquina incansable de
preferir y desdeñar, es el soporte de nuestra personalidad.
No se diga, pues, que es lo primero la
impresión. Nada importa más para renovar la idea de lo que es el hombre
como rectificar la perspectiva tradicional según la cual, si deseamos
una cosa, es porque antes la hemos visto. Esto parece evidente y, sin
embargo, es en gran parte un error. El que desea la riqueza material no
ha esperado para desearla ver el oro, sino que, desde luego, la buscará
dondequiera que se halle, atendiendo al lado de negocio que cada
situación lleva en sí. En cambio, el temperamento artista, el hombre de
preferencias estéticas atravesará esas mismas situaciones ciego para su
lado económico y prestará atención, o mejor dicho, buscará por
anticipado lo que en ellas resida de gracia y de belleza. Hay, pues, que
invertir la creencia tradicional. No deseamos una cosa porque la
hayamos visto antes, sino al revés: porque ya en nuestro fondo
preferíamos aquel género de cosas, las vamos buscando con nuestros
sentidos por el mundo. De los ruidos que en cada instante llegan a
nosotros y materialmente podríamos oír, solo oímos, en efecto, aquellos a
que atendemos; es decir, aquellos que favorecemos con el subrayado de
nuestra atención, y como no se puede atender una cosa sin desatender
otras, al escuchar un son que nos interesa desoímos enérgicamente todos
los demás. Todo ver es un mirar, todo oír es a la postre un escuchar,
todo vivir un incesante, original preferir y desdeñar." (…)

José Ortega y Gasset. (Obras completas, ¿Qué es filosofía?, Lección XI, Revista de Occidente y Alianza Editorial, 1983)