Luis Alberto de Cuenca
Luis Alberto de Cuenca nació en Madrid el 29 de diciembre de 1950. Se licenció en Filología Clásica por la Universidad Autónoma de Madrid. Es doctor en Filología Clásica y Profesor de Investigación del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Ha sido Director de este Instituto y de la Biblioteca Nacional. También ha ocupado el cargo de Secretario de Estado de Cultura. Es miembro de la Real Academia de la Historia.
Su obra poética se caracteriza en general por una lírica irónica y
elegante, a
veces escéptica, a veces desenfadada, en la que lo transcendental se
funde armónicamente con
lo cotidiano. Se inicia con tres libros publicados en los años 70. Los
retratos (1971), Elsinore (Madrid, Azur, 1972) y Scholia (Barcelona,
Antoni Bosch, 1978) en la línea de la
poesía culturalista, donde el predominio de la erudición y la cultura,
esto es, la estética novísima de los años 60, carga al poema de un
exceso de artificiosidad.
Con La caja de plata (Sevilla, Renacimiento, 1985) obtuvo el Premio de
la Crítica en 1986. Esta obra se considera uno de los hitos importantes
en la denominada poesía de la experiencia: la formulación poética
emocional o reflexiva del impacto de lo cotidiano. La narratividad, el
prosaísmo y la ironía suelen ser caracteres típicos de la poesía de la
experiencia en la que se recurre con frecuencia al monólogo dramático,
estructura creada por el poeta inglés Robert Browning y que fue
introducido por primera vez en la poesía española por Luis Cernuda. De
Cuenca utiliza mucho este recurso para transmitir el lirismo de lo
cotidiano y manifestar lo excepcional en lo aparentemente trivial.
El desayuno
Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».
(de "El hacha y la rosa" 1993)
El desayuno
Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».
(de "El hacha y la rosa" 1993)
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